jueves, 30 de julio de 2015

EL GRAN TEATRO DEL MUNDO...ANIMAL




Esta escena la he escrito para un grupo de amigos que acostumbran a hacer un pequeño sketch en sus cenas. Este fin de semana tienen una. Se me ocurrió porque hace una semana estuve en "la granja" de Bautista, el mismo que viste y calza en las Historias de Bautista. Su cerdita había tenido ocho cerditos, preciosos. El cerdito Vicente comía apaciblemente. La tortuga Milenaria le seguía para ver si le daba un buen remojón con la manguera. El gallito peleón no cesaba de cantar y de pasearse enseñando el pecho. Había patitos, pollitos, una oca que marchaba a paso militar. Aquello era como la granja de George Orwell, solo que en bueno, un lugar apacible y maravilloso. Saqué unas cuantas fotos que espero pueda subir para ilustrar este texto. Luego hablamos, espero contar la conversación en un próximo capítulo de las Historias de Bautista.

Esta fábula animal está dedicada a Helena que subió un hermoso fotopoema del que se deduce su inmenso amor a los animales. Y por supuesto, también está dedicado a todos los que aman a los animales.





EL GRANJERO FELIZ

FÁBULA CÓMICA EN UN ACTO

PERSONAJES
EL GRANJERO FELIZ
LA VACA PACA
EL TORO HELIODORO
LA CERDITA HACENDOSA
EL CERDITO VICENTE
EL GALLITO PELEÓN
LA GALLINA CLUECA
LA PATITA CUAQUITA
EL PATITO CUAQUITO


ESCENARIO

El granjero feliz está de pie, delante de su silla. A su alrededor, sentados en sus correspondientes sillas están el resto de los personajes. Pueden llevar máscaras del correspondiente animal o simplemente se presentan imitando el sonido del animal.

EL GRANJERO FELIZ, dirigiéndose al público.



-Todos los días, al caer la tarde, mientras se pone el sol, sea verano o invierno, me reúno delante de mi granja con todos los animalitos. Son mi única compañía desde la muerte de mi esposa. Mis hijos están lejos. En mi granja no hay Internet, ni televisión, no tengo teléfono ni whasap. Solo les tengo a ellos. Hablamos como amigos y nos contamos nuestras cuitas.

Dirigiéndose a los animalitos sentados frente a él.

-¿Alguno de vosotros quiere contarnos algo?

Se levanta la vaca Paca.

-Muu, muu, muuuu. Yo tengo algo que decir. Soy una vaca feliz, me conformo con un poco de hierba fresca y algo de terreno para pasear. Pero debo protestar. Quiero que mi protesta conste en acta.

El granjero feliz que ha sacado de su bolsillo una libreta y un bolígrafo comienza a escribir. Luego levanta la vista y habla con Paca.

-Tu protesta constará en acta. ¿De qué quieres protestar?

-Protesto de que todas las noches me toques las ubres para sacarme la leche. No me gusta y además te quedas con todas las ganancias.

-¿No te parece justo? Yo pongo la granja, pongo los medios de producción, os doy de comer gratis. ¿No es justo que me quede con las ganancias? Además, ¿para qué las quieres tú?

-No es justo. Yo como la hierba, la rumio, produzco la leche y no recibo nada a cambio.

-¿Quieres dinero a cambio? ¿Lo vas a rumiar también?

-Quiero más campos de hierba y quiero que compres más vacas. El toro Heliodoro no me deja en paz, quiere hacerme terneritos a todas horas, terneritos para el matadero y para que tú tengas más dinero en el banco.

-Que hable el toro Heliodoro.

-Muu, muu, requetemuu. Bueno, ejém, a mí no me importaría que compraras más vacas, así dejaría en paz a Paca, solo le haría terneritos una vez a la semana, o puede que ni eso. En cuanto a los terneritos son mis hijos y no me parece bien que los vendas para carne y que humanos caníbales se los coman. Quiero que conste en acta mi protesta y quiero más vacas. He dicho.

-Está bien, tu protesta queda registrada. ¿Alguien más quiere hablar?

-Yo, soy la cerdita hacendosa. Gruf, gruf y gruf. Yo soy muy feliz cuidando de mi casita y de mis numerosos cerditos, pero no soporto estar encerrada todo el día. Quiero que conste en acta mi protesta. Quiero poder pasear, dos veces al día, sin bozal, con todos mis cerditos a mi lado. Y quiero que compres otro cerdo. Vicente está ya viejo, le cuesta hacerme cerditos. Resopla como una locomotora cada vez que tiene que hacer cerditos. Un día de estos le va a dar algo.

-Que hable el cerdito Vicente.



-Gruf, gruf y más gruf. Reconozco que estoy viejo. Tal vez debería irme a un asilo para cerdos. Pero si compraras otra cerdita, más joven, tal vez no resoplara tanto haciendo cerditos. Quiero poder pasear también, todo el día encerrado en la celda, no puedo ni dar dos pasos para estirar las piernas. Y quiero que mis hijos tengan una vida libre y respetable. No quiero que sean alimento para caníbales. He dicho.

-¿Alguien más quiere hablar?

-Yo, yo quiero hablar. Kikiriḱí, el gallito peleón está aquí. Soy feliz, muy feliz, paseando entre mi harén, la cresta alta, picoteando donde quiero. Todos me respetan. Pero hay demasiadas gallinas en el gallinero. Deberías comprar otro gallo, aunque nos tuviéramos que partir la cresta a espolonazos de vez en cuando. Uno siempre debe aspirar a más, a ser más feliz. Y quiero que mis pollitos sean felices, comer pollo es canibalismo. Todos los huevos deberían ser fecundados. He dicho.

-Yo soy la gallina clueca. Po-po-po poponé. Po-po-pó poponé. Quiero un gallo para cada gallina, y que trabaje duro, nada de estar todo el día cantando y sacando pecho. Que cuide a sus pollitos como lo hago yo. Que colabore en las faenas del corral. En nombre de todas mis hermanas quiero la igualdad, quiero la libertad de elegir gallo y que se legalice la pareja de hecho. 

-Cuá, cuá, cua-cuá. Soy la patita Cuaquita y quiero expresar mi agradecimiento al señor granjero. Nos da de comer, nos permite bañarnos en el estanque, nos permite pasear por donde queremos. Que cada uno viva como quiera. Vive y deja vivir. Nosotros somos muy felices. El patito Cuaquito me quiere mucho, nuestros patitos nos quieren y nos dan piquitos todo el día. Somos un matrimonio feliz. Solo queremos que se deje de fabricar el foi de pato. ¡Abajo el foi de pato!

Todos, incluido el granjero, gritan.

¡Abajo el foi de pato!

De pronto el granjero se rasca la cabeza.

-Esto. A mí me gusta mucho el foi de pato. Pero desde mañana untaré foi de soja en mi tostada.

Bien, bien. El granjero presidente, el granjero presidente. Gritan todos.

-Bueno, esto es una democracia- dice el granjero- todos a votar.

-Cuá, cuá y requetecuá. Falto yo por hablar. Soy el patito Cuaquito. Me parece mal que siempre se me deje el último y no se me permita hablar. Soy igual que los demás, aunque tenga una pata a la birulé. No es culpa mía. Me pisó el toro Heliodoro. Debería haber urbanizaciones para cada raza. El que quiera hacer visitas que las haga.

Todos gritan: ¡Abajo el racismo! ¡Abajo el racismo! 

-No soy racista. Solo realista. Los grandes con los grandes y los chicos con los chicos.

El granjero que ha estado sentado escribiendo se levanta. Se dirige al público.

-Y así todos los días. Somos felices, nos queremos, pero cada cual tiene su protesta diaria. Todo es mejorable, hasta la democracia. Ñoras, ñores, ustedes también pueden ser felices. Trabajar duro y tener amigos, no le pido más a la vida.

TELÓN

TALLER MÁGICO DEL LOCO III

EL REFRANERO ESPAÑOL ESCENIFICADO




Me acabo de acordar de una representación humorística que el ínclito humorista español José Mota hizo en su programa televisivo. Antes de que me olvide, la subo, y espero aportar algo personal y creativo en este tema en un futuro más o menos lejano.

LA LETRA CON SANGRE ENTRA

SE ABRE EL TELÓN: Aparece la puerta de una discoteca o sala de fiestas (se supone que es carnaval o un baile de disfraces). Hay un portero serio, creo recordar el propio Mota, y aparecen varios carnavaleros disfrazados.

SE CIERRA EL TELÓN Y SE ABRE DE NUEVO: Los carnavaleros disfrazados de letras, intentan pasar a la discoteca. El portero se niega y les pone en su sitio.

SE HA CERRADO NUEVAMENTE EL TELÓN Y SE ABRE: Vemos cómo aparece una letra, no recuerdo cuál, que llega a la cola, se cuela y el portero le hace una reverencia dejándola pasar. La cámara enfoca a la letra y vemos que está manchada de sangre.

¿De qué refrán estamos hablando?

LA LETRA CON SANGRE ENTRA

Esta representación realizada por el emérito académico Mr. Slictik, con ayuda de varios comparsas o secundarios anónimos es una versión libre, tal vez muy libre del original de José Mota
.


CÓMO SE LLAMA ESTA PELÍCULA... DIGO ESTE REFRÁN

Hoy al levantarme he anotado mis sueños puntualmente y 
he recordado que se me había ocurrido también la 
escenificación deun refrán. Mis despertares suelen ser
muy productivos. Si a alguien le interesa el secreto le 
diré que es una técnica de yoga mental. Podría subirla
a mi blog, El guerrero impecable, y poner un enlace.
Recordarlo. Antes de que me olvide, 
aquí está la escenificación.

TEATRO MÁGICO EN EL TALLER DEL LOCO


Imagen

UN REFRÁN PARA TIEMPOS DE CRISIS

SE ABRE EL TELÓN: Lo abre un anciano con barba
longa y gris desde el cielo. Aparece una barbería de lujo. 
En un barrio elegante, luces de neón, decoración de Don 
Alcanfor cuando está bien pagado. La barbería se llama:
El paraíso del político.
SE CIERRA EL TELÓN Y SE VUELVE A ABRIR, YA NO ESTÁ
EL SR. ANCIANO, SINO OTRO ANCIANO CON BARBAS Y
UN MANOJO DE LLAVES

Ante la barbería hay una gran cola. Los primeros
son señores trajeados y "chaqueados" (por lo del chaqué) o"chequeados", llevan urnas en los brazos y las luengas
barbasles caen hasta la urna y algunos pelos se introducen 
por la gatera. Hablan entre ellos muy animadamente.

SE CIERRA EL TELÓN Y SE VUELVE A ABRIR. YA NO ESTÁ
SAN PEDRO. AHORA ES UN ÁNGEL CON UN CORDERO EN 
BRAZOS QUIEN TIRA DEL TELÓN.

A la gran cola de "petimetres" se van uniendo 
mendigos con largas y sucias barbas. Tras ellos aparecen 
mendigas que intentan ponerse barbas postizas de cualquier 
manera. Todos ellos llevan palanganas en las manos de las
que sale vapor, el agua está hirviendo.

¿ADIVINAN EL REFRÁN?

CUANDO LAS BARBAS DE TU VECINO VEAS....

Imagen


TALLER CREATIVO DEL LOCO

TEATRO MÁGICO

HOMENAJE A IONESCO Y EL TEATRO DEL ABSURDO

PARAFRASEANDO LA CANTANTE CALVA

El emérito académico Mr. Slictik está sentado en el escenario vacío del teatro mágico. Se dirige a las butacas, como si fueran personas. 

-¿Qué es el teatro del absurdo?

-¿Una pregunta sin respuesta?

-¿Entonces la vida del ser humano es una pregunta sin respuesta?

-¿Es cierto que el teatro del absurdo comenzó en España con Jardiel Poncela, Miguel Mihura, et?

-No lo sé tendré que buscarlo en la Wikipedia y comprobar fechas, a ver si ellos estrenaron antes que Ionesco.

Se sienta en una silla desvencijada del escenario. Fuma con parsimonia. Piensa: ¿Cómo podría crear una pieza de teatro del absurdo?

Representar una obra de teatro en un teatro vacío sería absurdo. Equili-cuá, ya he dado el primer paso.

Representar una obra con un solo actor en escena representando varios personajes, sería absurdo. Ya he dado el segundo paso.

Continúa fumando con la misma parsimonia anterior. De pronto se levanta, lanza la colilla al patio de butacas y se dirige como un cohete hacia el ropero. Allí se cambia y se pone un frac. Regresa y se dirige al público inexistente.

-Ñoras, Ñores, la representación va a comenzar.

Mira a la derecha del escenario.

-Hola.

Sale corriendo entra en el vestidor, se cambia el frac y se embute en un vestido de mujer. No le da tiempo a ponerse pechos falsos, escote ni tacones. Regresa al escenario.

-Hola.

Vuelve al vestuario y se quita el vestido que deja sobre una silla. Se pone el frac de nuevo, mejor dicho se ha puesto el vestido encima del frac por lo que ahora solo tiene que quitárselo y salir corriendo. De otra forma la representación se alargaría mucho.

-¿Quién es usted?

De nuevo al vestuario, de nuevo se pone con prisas el vestido, se le traba un poco en la cabeza y se produce un desgarrón. Regresa.

-Soy usted, solo que en mujer.

Lo mismo de antes y de antesdeantes. 

-¿Qué diferencia a un hombre de una mujer?

Lo mismo:

-Si yo lo supiera, usted sería mujer.

Lo mismo. Regresa con el frac, sudando y limpiándose la frente con un pañuelo sucio. Se sienta y resopla. Enciende otro pitillo. Se dirige al público inexistente en los asientos vacíos.

-El teatro del absurdo es fantástico... y muy profundo...pero es muy cansado, extremadamente agotador.


TALLER MÁGICO DEL LOCO II

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TALLER CREATIVO DEL LOCO

El emérito académico Mr. Slictik ( no confundir con el millonario Slictik, su clónico) parece aburrirse en el taller creativo, no hay novedades y los días transcurren vacíos de sentido y con mucha angustia existencial. Ya dicen en mi pueblo que cuando el diablo se aburre mata moscas con el rabo. No se le ocurre otra cosa que pedirle a Don Alcanfor, modisto, decorador y lo que haga falta, que le haga un escenario a su gusto. Su intención es representar pequeñas piezas teatrales que al mismo tiempo sean divertidas y generen jolgorio y buen humor por doquier. Para ello se basa en los chistes que corren por ahí y que empiezan: Se abre el telón... se cierra el telón... etc

Ya nuestro ínclito y admirado humorista manchego, José Mota, en sus programas televisivos bordó este género con aquel "refranero español" que me hizo reír a mandíbula batiente. En un decorado simplicísimo salían dos o tres actores, no muchos más, y escenificaban de forma humorística un refrán, en forma muy plástica y divertida. Me gustaría escenificar alguno de ellos aquí, en el Teatro mágico, pero les juro que no me acuerdo. Mi memoria no es visual y eso se nota. No obstante cuando vuelva a ver alguno de sus programas, que los repiten mucho, tomaré notas manuscritas (ahí sí que me funciona la memoria) y les representaré alguno de ellos aquí.

Como no se me ocurre nada, sin perjuicio de representarlo en cuanto se me ocurra, les dejo la escenificación que hice del nombre de nuestra ínclita administradora a quien Dios nos conserve muchos años y no digo más porque hacer la pelota (un término para el diccionario coloquial que algún día espero hacer con Mr. Berenie) en demasía repugna como los callos a la madrileña con excesivo picante. Como no recuerdo la escenificación y me costaría encontrarla en la quedada del aniversario, les dejo aquí una versión libre.

Les invito a participar en el taller creativo del loco, creando su propia escenografía y representando lo que ustedes quieran, si quieren hacer chistes del telón, estupendo, si quieren representar una obra del genial bardo Shakespeare en versión libre, también. Todo está permitido menos hacer caricaturas de Sonymageros sin su permiso ( el mío lo tienen desde ya).

SE ABRE EL TELÓN-SE CIERRA EL TELÓN

HOMENAJE A NUESTRA ÍNCLITA ADMINISTRADORA Y BLÁ, BLÁ Y BLÁ.

-Se abre el telón: Aparece una mamá rubia, muy guapa, muy hacendosa, muy todo lo bueno y nada de lo malo. Se mueve por el escenario de un lugar a otro y haciendo un montón de cosas a la vez.

Se cierra el telón y se vuelve a abrir: Aparecen un grupo de niños gesticulantes que hacen como que hacen muchas cosas y me temo que no hacen tantas. Entre ellos destaca un niño gordito que se tumba en el sofá a ver la televisión y aquí me las den todas (les adelanto que se trata del millonario Slictik de niño, para que luego digan que lo que somos de mayores es un espejo de lo que fuimos de niños). 

SE VUELVE A CERRAR EL TELÓN Y SE ABRE POR ÚLTIMA VEZ

-El escenario vacío. Un decorado surrealista y onírico que nos ha construido Don Alcanfor sin mi permiso y que no entendería ni su padre (el padre de Don Alcanfor, buena persona a quien desde aquí pido perdón). En mitad del escenario, levitando como si la sostuviera Milarepa con su mente, una enorme taza de té.

LA REPRESENTACIÓN HA TERMINADO. ¿CÓMO SE TITULA?

MÁ ( Por lo de mamá, por si no lo hubieran captado ustedes, que son muy listos, pero todos tenemos días malos) Y TÉ (Por lo de la taza de té, ustedes me entienden)

SOLUCIÓN AL ACERTIJO: La obra representada se titula 
MAYTE

jueves, 2 de julio de 2015

EL VERDUGO DEL KARMA VI





La supuesta cámara ascendió de nuevo hasta el techo y allí quedó suspendida. De pronto el cuerpo dormido desapareció y su lugar fue ocupado por un cuerpo despierto que se movía por la habitación haciendo algo.

-Ahí estoy preparando mi ceremonia de iniciación, preparando el espejo, encendiendo el incienso… No puedo creérmelo. Estos monitores son una maravilla, una auténtica maravilla.

El monitor parece dejar de captar mi mente porque las imágenes que sucedieron poco tenían que ver con mi interés en el asunto. La cámara buscaba el pasado del iniciado. Los momentos que él consideraba muy interesantes.

Pero de pronto el iniciado perdió los papeles, porque las nuevas imágenes eran muy poco satisfactorias para su honrilla de ser humano y la imagen de persona pública que había intentado mantener los años de su existencia.
Intenté no reírme de su pasmo ni de lo que estaba viendo. El pobre incauto aún estaba comprendiendo las frases bíblicas sobre la visión profunda y omnímoda de Yahvé que ve en lo más profundo de nuestros corazones y a quien nada se le escapa.
Era verdad, por supuesto, ni el tiempo ni el espacio son barreras que no se puedan saltar por las consciencias evolucionadas y las paredes materiales ni siquiera soportan el escrutinio de las nuevas tecnologías.

Estamos desnudos ante la divinidad y desnudos ante cualquiera que tenga interés y medios para espiarnos. Perdemos el tiempo creando imágenes falsas para que los demas nos tengan por lo que no somos. Nada hay oculto que no haya de ser descubierto. Gran verdad.

El iniciado pasó de la estupefacción a la rabia, suele suceder habitualmente.

-Esto me lo deberían haber dicho. Este es un secreto que no puede permanecer oculto por más tiempo… Cuando regrese a mi cuerpo lo pienso pregonar hasta al lucero del alba….Maldita sea mi alma….

Y esto fue lo más suave y dulce que dijo. Blasfemaba como un condenado y me vi obligado a pausar sus desvarios para no llamar la atención de los dioses del karma. Lancé una imagen contundente, contra su mente: un dios levantándose molesto por la interrupción y aplastándole bajo su inmenso pie. 

Dio resultado instantáneo. El iniciado supo que aquello no era una broma y se controló como buenamente pudo, no sin antes jurar y perjurar en voz baja que desvelaría aquel secreto a todo bicho viviente.

Me sonreí pero no dije nada.




El iniciado continuó observando en el monitor diferentes etapas de su vida. La sensación que tiene un espectador frío y objetivo como éste verdugo del karma se parece a la de un carcelero que contemplara a un recluso a través de una cámara de vigilancia, sin que el recluso sepa que le observan, y aún más, sin que conozca siquiera su condición de recluso. La cara que se le estaba poniendo al iniciado era todo un poema de la sorpresa, la desesperación y la impotencia. Hubiera sentido pena de su sufrimiento de no haber pasado yo por ello y saber que todos, antes o después, han de pasar por este trago.

Mi actitud era la de quien siente deseos de troncharse de risa viendo a un actor de cine cómica o quien ha puesto la zancadilla una vez, quejarse dramáticamente de su destino, cuando el resto de actores de la película han pasado por lo mismo mil veces, y sin rechistar ni perder la sonrisa.

Me daban ganas de patearle el culo a semejante imbécil y enchufarlo con los instrumentos de tortura que me son propios, como verdugo del karma, así aprendería que la facultad empática es la forma de conocimiento más perfecta, puesto que nos sitúa dentro de la piel del otro, colocándonos en la perspectiva adecuada en la jerarquía cósmica.

El iniciado no solo percibía su realidad física, en un entorno concreto, sino también sus pensamientos y emociones más íntimas. Esta sorprendente condición del monitor dejó a mi iniciado totalmente “turulato”, como decíamos los niños en la infancia de mi última reencarnación.

-¿Cómo es posible que pueda suceder algo así? Me preguntó con verdadero pasmo.

-Creo que has leído el Kybalion. Recordarás que allí se dice que el universo es “mental”. Si es así nada más fácil para un dios kármico que confeccionar, con la energía, instrumentos donde se reflejen los pensamientos y emociones humanas.




Al iniciado esa explicación no le calmó en absoluto.

-¿Quieres decir que el esfuerzo que realizamos para ocultar nuestros pensamientos y sentimientos más íntimos es un esfuerzo inútil y ridículo, puesto que los dioses lo ven y lo conocen todo y parece que hasta las moscas pueden entrar aquí y ver en los monitores lo que desean, siempre que no hagan ruido.

Dejé que siguiera pataleando. Al fin y al cabo la pataleta es el derecho de la víctima. Mientras tanto no perdía ripio de lo que iba proyectándose en el monitor.

El iniciado era un hombre como cualquier otro, con sus debilidades y sus grandezas anónimas que él creía que nadie puede conocer, como sucede a tantos y tantos héroes anónimos que llevan una vida de entrega, de generosidad hacia el prójimo y de pensamientos y sentimientos tan puros que hasta los querubines y serafines se asombran de que los humanos, tan débiles y tan tentados puedan preservar su esencia más pura y cristalina, sin la menor mancha.

El iniciado en cambio no se cortaba con sus pensamientos y emociones que más deberían avergonzarle. Pensamientos de lujuria o de odio, emociones mezquinas, tan mezquinas que en vez de risa daban asco, auténtico asco. No quiero detallar lo que vi, porque hasta el ser más miserable merece un respeto a su intimidad, que por quien corresponda se corra un tupido velo sobre las debilidades más vergonzosas de la especie humana. En este caso a quien corresponde correr un tupido velo es a a mí y lo hago de mil amores.

El iniciado sufrió un shock postraumático.

Continuará. 


EL VERDUGO DEL KARMA V


LOS DIOSES DEL KARMA

EL INICIADO/ CONTINUACIÓN




El susto que se llevó el iniciado hubiera descontrolado mi equilibrio emocional de no estar ya acostumbrado a estos sobresaltos.

-Esto es un sueño. Esto es un sueño. No puede ser verdad.

Es lo que dicen todos, la típica reacción de incredulidad. Tuve que ponerme inmediatamente a darle explicaciones de dónde estábamos y qué hacían aquellos gigantes, por qué estaban sentados delante de unas desmesuradas pantallas, observando con detenimiento escenas que no se nos permitía ver, al tiempo que pulsaban extraños controles de diferentes colores y formas.

-Los dioses del karma hacen sus turnos de tres en tres. Como bien sabes la trinidad es el símbolo del equilibrio. En él están presentes las dos fuerzas fundamentales del universo y una tercera, resultante de su mezcla y equilibrio.

No voy a presentarte a los dioses porque no está previsto y porque para ellos somos tan poca cosa que tienen que esforzarse para vernos. Sin embargo tenemos el correspondiente permiso que nos libraría de los efectos de su cólera en el improbable caso de que les molestáramos con alguna conducta reprobable e imperdonable.

Saqué un pergamino con el sello del Consejo de Ancianos y se lo mostré.

-Esto nos librará de su cólera, pero no se te ocurra abusar o nos veremos en un buen lío.

Nos encontrábamos a las puertas de un salón de altos techos, muy amplio y casi vacío, a no ser por varias enormes consolas en su centro, unidas a gigantescas pantallas que se mantenían en el aire por algún raro milagro. Enormes ventanales rectangulares permitían la visión del exterior. Los dibujos multicolores de las galaxias producían un efecto en el ojo que los ve por primera vez a través de este ventanal que me permitiría calificar de pasmo y éxtasis.

Así quedó mi iniciado, estático y pasmado, observando el universo a través de los ventanales de la oficina del karma. 

Cuando recuperó el habla me gritó, como si yo fuera sordo.

-Esto no puede ser, es imposible. El universo es infinito, no se puede ver desde un ventana, como si fuera el jardín que tenemos delante de nuestra casa.

-Recuerda que no estás en el cuerpo físico. Esto no lo estás viendo con tus ojos de carne, sino con tu ojo espiritual o tercer ojo. Para el ojo del espíritu no hay espacio ni distancias, todo puede ser visto fuera del tiempo y por encima o por debajo del espacio, en un punto donde todas las perspectivas convergen y lo que se ve es más el dibujo geométrico del creador que la materia burda que contempla la criatura.

El iniciado se acercó a un ventanal, un poco temeroso, como si temiera que no de aquellos gigantes se levantara de pronto y la aplastara bajo sus descomunales pies.

Me acerqué y me puse a su lado.

El espectáculo del universo desde los ventanales de los dioses del karma siempre resulta profundamente bello y estremecedor. Uno comprende entonces que la cantidad o extensión no deja de ser una cuestión del grosor de la lupa que utilizas, es decir algo exterior a ti y a la esencia auténtica de la realidad.

Para los dioses del karma el universo puede que sea poco más que el jardincillo que tienes delante del ventanal. En cambio para una hormiga escapa a su consciencia ampliada hasta el infinito.

La percepción del universo no es cuestión de proporciones, sino de consciencias. Par aun verdugo del karma el universo sigue siendo estremecedoramente bello e inmenso. Para un iniciado aún más. Por eso ambos permanecimos con la nariz pegada al ventanal y la respiración suspendida. Tuve que pellizcarme el brazo, hablando metafóricamente para volver a aquella realidad (hay muchas realidades). Al iniciado tardé más en recuperarlo para la vida práctica. No hacía más que lanzar exclamaciones. ¡Uuh! Aah! Y repetía una y otra vez: Esto deberían verlo los que no creen en nada. Ya lo creo.

Le conminé a seguir a rajatabla mis instrucciones.

-Estamos aquí para que conozcan cómo funcionan las oficinas del karma. Empezaremos por lo que se ve en los monitores kármicos. Este de aquí. Está vacío. Usted póngase detrás de mi y no haga ruido, se lo suplico.

El monitor estaba apagado, los dioses de guardia utilizaban los tres centrales, situados en forma triangular. Encendí el monitor oprimiendo un mando con forma de cráneo peludo. Sin un zumbido la pantalla se encendió y en su centro un planeta azul inconfundible parpadeó ligeramente y luego se quedó fijo, como muerto...

-Bien estos monitores son una prolongación de las consciencias de los dioses del karma. Construidos de pura energía sus mandos están pensados más para inexpertos como nosotros que para los propios dioses, a quienes basta con el deseo para manejar sus instrumentos generadores de sus mentes y consciencias. Aparece enfocado hacia la Tierra porque el ordenador está ligando mi mente, supongo.

La imagen del monitor fue cambiando, caímos en picado hacia el planeta, que se fue viendo cada vez más y más nítido. Estaba claro que nos dirigíamos hacia un país llamado España. En unos segundos estuvimos suspendidos sobre el techo de un cuarto. En el lecho, un cuerpo en horizontal parecía dormido, o más bien muerto.

La imagen pasó a primer plano del rostro y el iniciado soltó un gritito de sorpresa:

-Soy yo, soy yo… No puedo creerlo.

EL VERDUGO DEL KARMA IV




LOS DIOSES DEL KARMA II


EL INICIADO/ CONTINUACIÓN 

Había decidido gastarle una broma. Los iniciados suelen ser bastante burros para estas cosas de captar cómo funciona todo por aquí. Creen que la realidad pasada no puede modificarse y por lo tanto cuando recuerdan algo de una determinada manera es porque en realidad sucedió así y no de otra manera. No entienden eso de los mundos paralelos, las distintas dimensiones, la posibilidad de que la realidad sea de mil formas diferentes y que cada individuo capte la que más le interese… Ahora que en el mundo de los mortales de carne y hueso ya llevan un tiempo jugando con la física cuántica y sabiendo que en el microcosmos las cosas son y no son y pueden ser de tantas formas que el pensar que lo que uno recuerda de su pasado es lo que realmente sucedió y lo único que pudo haber sucedido, suena a tontería infantil.


Mi broma iba a consistir en hacerle vivir nuestro encuentro de forma distinta y que recordara los dos. ¡A ver por dónde me salía aquel pazguato!



SEGUNDA VERSIÓN DE LA HISTORIA

Los verdugos del karma tenemos formas para servir como cicerones a los nuevos iniciados. Son tan pocos que el turno apenas corre y uno puede pasar años sin que le toque esta tarea, a veces ingrata, y otras muy interesante, y hasta divertida.



Recibí la comunicación y me preparé para enfrentarme al iniciado de turno, sin muchas esperanzas de que esta experiencia me aportara algo nuevo o al menos me hiciera pasar un buen rato. Con los iniciados no valen los trucos que solemos emplear los verdugos del karma con los dormidos, fáciles de manipular, o con los muertos, tan confusos que dan pena. Los iniciados vienen con los ojos bien abiertos y no se dejan tomar el pelo sin oponer una férrea resistencia.



Sabemos la hora y el lugar en que se materializará –es una forma de hablar- su cuerpo astral, pleno de energía y de consciencia. Normalmente los iniciados llevan mucho tiempo apareciendo por estos lares, unas veces completamente dormidos y otras veces con un ojo medio abierto y mucho miedo en el cuerpo. Nos conocemos bien y a veces hasta nos saludamos, a menudo deciden olvidar las experiencias que viven aquí, para no traumatizarse. ¡Ingenuos y tiernos corderitos! ¡Cómo si la vida no traumatizara mil veces más! Y sin embargo bien que abren los ojos cuando el hachazo –estoy hablando en metáforas- del prójimo descarga sobre su cabeza.





La iniciación no es otra cosa que la primera vez que un adepto –que lleva mucho tempo trabajando por describir qué se esconde tras el telón del Gran Teatro del mundo- viene perfectamente consciente y dispuesto a recordar todo lo que le suceda aquí. Suelen sorprenderse mucho de cosas que han visto ya mil veces y se ponen rebeldes y farrucos cuando algo no les gusta. ¡Como si aquí repartiéramos caramelos!



Cuando observé a mi tierno corderito, me santigüé, como si estuviera en una de esas iglesias que los mortales de carne utilizan para intentar llegar a un mezquino acuerdo con los dioses. Aquí, por el contrario, se dicen las verdades del barquero y más vale no llegar a acuerdo porque siempre sales perdiendo, se acuerde lo que se acuerde. Mi iniciado de turno era uno de esos repugnantes cobardes que cuando se van enterando de que ni la vida ni la muerte son como todo el mundo creía que eran (como si la realidad tuviera que adaptarse a lo que piensa uno o un millón) pone el grito en el cielo y clama a grandes voces que le han estafado, mentido y engañado. ¡Que no hay derecho! ¡Que esto va a cambiar de arriba abajo! ¡Que ni los dioses ni los hombres podrán obligarle a hacer lo que no quiera!



¡Bien poco que se quejan cuando en sueños les cae la breva de una experiencia erótica! Entonces lo recuerdan como un sueño muy agradable, y en lugar de hacerse conscientes de cómo son las relaciones sexuales por aquí, en el mundo de los sueños o en el más allá, se limitan a disfrutar sin hacer preguntas. ¡Si yo les contara!



Mi iniciado era especialmente incordión y rebelde, aunque por el contrario poseía hermosas cualidades, tales como una inteligencia muy dispuesta y un sentido del humor raro, pero espléndido cuando estaba en vena.



Me acerqué a él, que tenía los ojos muy abiertos, como platos, dispuesto a afrontar la tarea con esperanza, la esperanza de que el iniciado tuviera un día bueno y no estuviera de un humor de perros.



-Creo que a usted lo conozco.



Me soltó con una ingenuidad que casi me tumba de risa. ¡Cómo que me conocía! Nos veíamos tanto que éramos casi íntimos.



-No se esfuerce, amigo. Seguro que acabará recordándolo todo.



Le había respondido con lo que intenté fuera una ironía disimulada y una burla no demasiado evidente, incluso para un tonto del bote como él.



Y AQUÍ TERMINA LA VERSIÓN SEGUNDA DE LA MISMA HISTORIA



En realidad el muy idota sabía perfectamente que me conocía muy bien, no en vano acababa de vivir el mismo encuentro, solo que en otra versión diferente. Yo sabía muy bien que recordaba las dos versiones, el problema consistía en que no sabía cuál era la real y cuál la ficticia, producto de su imaginación. Las dos eran reales, pero eso no lo admitiría nunca, porque su mundo mental se vendría abajo.

Le ordené de nuevo que cerrara los ojos. Puse mi dedo índice sobre su entrecejo y grité:

-Un, dos, tres...

EL VERDUGO DEL KARMA III




RELATOS ESOTÉRICOS

LOS DIOSES DEL KARMA

I

EL INICIADO



Un verdugo del karma sabe muy bien que sus competencias pueden ser ampliadas, reducidas, modificadas, anuladas…Como burócrata que es acepta con resignación su destino, incluso cuando una comisión de servicio te obliga a realizar un trabajo que nadie quiere, del que todos huimos si nos es posible.
Servir de guía turístico de un iniciado es una de las peores comisiones de servicio a que puede ser enviado un verdugo del karma. Hemos establecido un turno de guardia entre nosotros, los verdugos, para evitar que alguien sufra el acoso de un dios kármico enfadado o que la estulticia del jefe de sección de turno cargue a uno con un trabajo que todos deberíamos llevar a cabo, en forma justa y equitativa.

Los nuevos iniciados acostumbran a ser un tanto pejigueras. Con eso de que creen estar viéndolo todo por primera vez, se ponen a criticar desaforadamente lo que no les gusta; se rebelan contra las leyes más naturales; despotrican de esto, de aquello y de lo demás allá, y lo que es peor, insultan, a todo aquel que tiene la desgracia de cruzarse en su camino. Eres un tal o un cual es lo menos que nos dicen a sus guías. En una palabra, acostumbran a ponerse muy violentos. Y eso siempre resulta desagradable, aunque luego puedas tomarte la revancha, tomándoles el pelo a gusto y gana.



Cuando la lucecita roja de mi colgante se iluminó supe que algo malo iba a sucederme. Como estaba en turno de guardia para atender a los nuevos iniciados, no me hice muchas cábalas sobre lo que significaba aquella llamada a horas intempestivas.

Normalmente los novatos, los iniciados que acceden por primera vez a nuestro edificio burocrático, terminan siempre perdidos en el vestíbulo. El conserje de turno no precisa intercambiar una sola palabra con ellos para saber quiénes son y a qué vienen. Se limitan a pulsar la tecla que enciende la lucecita roja del verdugo del karma en turno de guardia y procuran vigilar con ojos atentos al iniciado para que el muy palurdo no toque donde no debe y nos haga saltar por los aires, o se cuele por una puerta que no es, y organice un lío de mil demonios.

Lamenté no poder acudir aquella noche a la cita con mis turistas oníricos. Era un grupo bastante manso y que no creaba más problemas de los imprescindibles. Les había presentado al archivero mayor y devuelto con una facilidad pasmosa a su estúpida realidad vigil. Me había hecho a la idea de acompañarlos durante varias noches, enseñando a aquellas cabezas de chorlito los lugares más comunes de nuestro mundo. Me las prometía muy felices gastándoles algunas bromas, inocuas, aunque en extremo regocijantes. Pero el deber es el deber y hacer novillos no resulta muy divertido aquí, cuando un dios del karma puede ponerte las peras al cuarto y gastarte alguna de sus terribles bromas.

Así que me busqué un sustituto para la noche y me dirigí al vestíbulo, fantaseando con las posibilidades que el novicio de turno me permitiría ensayar, según su inteligencia fuera cero o estuviera por debajo de esa línea. Apenas pisé el abovedado y amplio vestíbulo, el conserje de turno salió a mi encuentro y me señaló a un joven despistado que no dejaba de dar vueltas y más vueltas, de acá para allá, tanteando puertas, buscando extraños resortes en las paredes y lanzando patadas al mobiliario y enseres que jalonaban el extenso espacio a su disposición.

Me encogí de hombros, hice un gesto amistoso al conserje y me acerqué hasta el iniciado, sin ninguna prisa, observando con detenimiento sus gestos, por si podía darle ya una nota de inteligencia cero o debería rebajarla hasta intentar batir el record de estupidez de los iniciados, que estaba bastante alto. 





-Hola amigo. ¿Se ha perdido?

El joven me oyó. Algo de lo que no son capaces la mayoría, que creen haberse vuelto locos por oír voces donde todo debería estar silencioso. Eso me hizo pensar que me encontraba en presencia de un “cero” y no debería darle más vueltas al asunto. El joven se volvió y me percibió, algo que ya de por sí indica un estado de evolución poco corriente. Una gran parte de los iniciados se pasan varios minutos intentando localizar de dónde proviene la voz, sin llegar a encontrar a su guía, aunque se den de bruces con él.


-Menos mal que le encuentro. Le juro que no sabía por dónde salir de este maldito laberinto.

-Puedo saber qué desea? ¿Qué le trae hasta aquí? ¿O se trata de un secreto que solo puede desvelar a presencia de un dios?

-¿Dios? ¿Existe Dios?

Estaba claro. Se trataba de un ejemplar “iniciatus filosóficus” con muchas ganas de dar la tabarra.

-¿Sabe al menos dónde se encuentra?

-Imagino que en alguno de esos mundos extraños a donde me llevan a menudo mis ejercicios de relajación.

-Algo así… Bien, voy a presentarme. Soy un verdugo del karma, no importa mi nombre, y le serviré de guía por este lugar.

-¿Un verdugo del karma? ¡Qué interesante!

-Como supongo que su tutor le ha enviado aquí para conocer el funcionamiento del engranaje cósmico y para echar un primer vistazo a los dioses del karma, me permito sugerirle que me acompañe.

-Me niego rotundamente si no me explica qué está pasando.
Me lo temía. El iniciado filosófico no da un paso sin antes saber dónde va a pisar.

-¿No recuerdas nada, amigo?

Se quedó un rato en suspenso y de pronto una lucecita se iluminó dentro de su cabezota.

-¡Ah, sí, el sueño!


-Exacto. Si estás aquí es porque has llegado a un acuerdo con tu maestro o tutor. Has aceptado conocer alguno de los secretos que tanto te inquietan y planificado y programado esta visita… Pues bien yo soy tu guía. Como sabes el maestro no puede entrar aquí con sus novicios o iniciados. Así pues tendrás que aceptarme a mí, lo quieras o no.

-Está bien. No se apresure, amigo.

-Lo siento. Hay mucho para ver y tengo cosas más importantes que servir de guía a un palurdo como usted.

-Oiga. No me insulte. Aunque mi conocimiento sea limitado, en mí late la chispa divina, que es igual a la suya. ¡Vaya con cuidado!

Me carcajeé en su cara. Al menos, pensé, no me aburriría con aquel pardillo, no.

-Vamos, no se enfade, la visita programada es muy larga.

Cuanto antes nos pongamos en camino antes la terminaremos. Si es tan amable cierre los ojos. Le tocaré con mi dedo en el tercer ojo y cuando le ordene abrirlo nos encontraremos en el salón de guardia que utilizan los dioses del karma para vigilar la realidad del mundo visible. Le suplico procure pegarse a mí, no gritar, hacer el menor ruido posible y seguir todas y cada una de mis instrucciones. De otra manera le harán pagar su osadía.

Cerró los ojos. Puse mi dedo índice en su entrecejo y grité:

-Un…dos…tres…

miércoles, 1 de julio de 2015

EL VERDUGO DEL KARMA II

RELATOS ESOTÉRICOS II



 DIARIO DE UN VERDUGO DEL KARMA
 
 
    PRIMERA ENTREGA

Que recuerde, en todas mis reencarnaciones fui considerado como “un personajillo bastante raro” por la gente de mi entorno. Lo que me sorprendió, sobre todo al principio, fue que al desencarnarme y permanecer aquí en uno de los escalones más bajos de la jerarquía cósmica del mundo desencarnado o más allá o dimensión paralela, es decir como verdugo del karma, la gente me seguía considerando como “un personajillo raro”. ¿Qué hago yo para merecer esto?

 Cuando me destinaron una temporadita, en comisión de servicio, a los archivos akásicos o biblioteca de todo lo que ha existido, existe y existirá, y especialmente de personas y seres inteligentes, descubrí, al hurgar en las estanterías de videos y libros, donde se archivan todas las reencarnaciones y escenas de las mismas, de la “a” a la “pá”, que algunos vídeos o libros estaban vacíos, limpios como una patena. Eso me sorprendió tanto que solicité audiencia con el Archivero Mayor y le expliqué el problema. El buen anciano se sonrió y me preguntó qué curiosidad me había llevado a buscar explicaciones en lugar de dejar las cosas como estaban, tal como hacían los demás.

 -Bueno, le dije, no me encaja. Eso es todo.

 -¿Seguro que es todo?

 -Bien, no, he pensado en utilizar esos libros y videos vacíos para llevar un diario personal. ¿Le parece mal?

 -Al contrario. Me encanta que alguien haya decidido pensar y actuar por su cuenta. Estoy harto de burócratas y chupatintas sin la menor creatividad. Se conforman con archivar  los documentos en el estante correspondiente y en la letra que procede, y luego, en sus ratos libres, curiosear en vidas ajenas, como auténticos cotillas. ¡Parece mentira que llevando tanto tiempo aquí todavía sientan curiosidad por algo! En cambio tú, un novato en comisión de servicio, no solo no se entretiene husmeando en vidas ajenas, sino que quiere escribir un diario. ¡Un diario! ¡Sabiendo que cada segundo de tu vida queda reflejado en el correspondiente archivo afásico, con pelos y señales, con pensamientos y emociones! Eres un poco rarillo, pero no me parece mal. Aquí necesitaríamos un rarillo de vez en cuando para que nos despertara del letargo. Por supuesto que puedes escribir tu diario, pero siempre en el tiempo libre que te dejen tus quehaceres, en caso contrario tendré que informar a tus superiores.-Se lo agradezco mucho, señor Archivero Mayor, pero no ha respondido a mi pregunta. ¿Qué hacen esos videos y libros vacíos en las estanterías, como escondidos por un niño juguetón?-Es un secreto, un misterio, “top secret”, pero creo que debo premiar tu originalidad y creatividad. Esos libros y videos estuvieron, en un tiempo, tan llenos como los demás. Como sabes al nacer a la personalidad, por un acto generoso de la Divinidad -¡que su nombre sea siempre adorado!- toda nueva criatura en los siete Superuniversos, recibe un nombre, su primer y eterno nombre y se le asigna un archivo en esta gran biblioteca Akásica. Allí comienzan a escribirse y grabarse sus primeros pasos en el mundo de la consciencia y sus posibles futuros, los que serán y los que no serán o podrían ser y dependen de su libre voluntad. Esos archivos nunca estarán ya vacíos, a cada instante se irán completando con los diferentes pasados y futuros y escenas de cada presente en las diferentes reencarnaciones. Se abren nuevos archivos para cada ramificación que se abre o se cierra con cada decisión. Los archivos crecen y crecen, nunca disminuyen… Pues bien. Existe un caso en el que esos archivos no solo dejan de crecer, sino que acaban completamente borrados, como si nunca hubieran existido.

-Perdone, respetado Archivero Mayor, pero me temo que eso es imposible. Nunca he oído hablar de semejante posibilidad. Confieso que me siento aterrorizado.

-Y es para estarlo, querido amigo. Estamos hablando de la aniquilación perpetua sin posibilidad de remisión alguna. Ya sé que vosotros, los mortales, los reencarnados, estáis más acostumbrados que nosotros, los eternos, a pensar en esa posibilidad. Al fin y al cabo en cada una de vuestras reencarnaciones os habéis planteado, como quien bebe un vaso de agua, la posibilidad…-¡qué digo!- la certeza de morir para siempre. Es algo que asumís en cuanto os llega el uso de razón. Somos mortales, lo nuestro es morir y una vez muertos no existe resurrección ni reencarnación. Para los eternos es inexplicable que una consciencia pueda llegar siquiera a plantearse la aniquilación total, el regreso a la nada. Si fuéramos capaces de hacerlo la angustia nos acabaría aniquilando. Solo la inconsciencia más absoluta es capaz de pensar tal cosa… Pues bien, la muerte sí existe, la aniquilación total, la única muerte posible para los eternos sí es posible. Solo en casos excepcionales y por sentencia inapelable del tribunal de los Ancianos de los Días, los regentes de los Superuniversos. Estos casos son muy insólitos y solo en supuestos de rebeldía, como es el caso de Lucifer en el sistema del que tú procedes.

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 -¿Quiere usted decir, amado Archivero Mayor, que Dios, la Divinidad, permite que se aniquile alguna de las criaturas que él ha creado?

 -¿Acaso no lo pensaste una y mil veces mientras estaba reencarnado?

 -Entonces no creía en Dios.

 -¿Y ahora sí?

 -Bueno, digamos que estoy más predispuesto a ello. Una vez muerto y habiendo comprobado que la muerte solo es un paso más en la evolución, creo que soy capaz de creer en cualquier cosa, incluso en la existencia de Dios.
 
-Me alegro por ti, querido hijo. Pues bien, ya sabes a qué se deben los videos, libros y demás archivos en blanco. Tienes mi permiso para utilizarlos y escribir tu diario, aunque repito que eres un poco rarillo. ¿No crees?

Ya antes me lo habían dicho, pero cuando el Archivero Mayor me lo confirmó, acepté de una vez y para siempre mi condición de “rara avis”.

Y aquí finaliza esta primera entrega. Cuando un compañero me ha visto escribiendo en el libro, se ha acercado, muy intrigado y me ha preguntado qué estaba haciendo. Cuando se lo he dicho se ha llevado las manos a la cabeza mientras exclamaba: ¡Pero qué raro eres! A continuación me ha preguntado si tenía autorización del Archivero Mayor. Aquí hasta el burócrata o chupatintas más humilde se cree con derecho a pedirte cuentas de todo. Sabiéndolo el buen anciano me facilitó un pequeño documento que le enseñé con gran regocijo por mi parte.

 Se alejó rezongando. Imagino que mañana todo el mundo sabrá por estos pagos lo raro que soy, si es que no lo sabían ya.



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EL VERDUGO DEL KARMA I (RELATOS ESOTÉRICOS CON HUMOR)




NOTA PREVIA: Hace años que inicié esta serie de relatos, intentando aprovechar temas tan golosos para un autor de ficción como son la reencarnación, el karma, los archivos akásicos, el universo de los sueños, el más allá, etc. Si bien al principio eran relatos serios pronto comprendí que sin humor perdían intensidad y garra, cercanía, por lo que los transformé en relatos humorísticos, aunque el humor que destilan es a veces muy negro. 
Que nadie busque en ellos la ortodoxia budista o esotérica, la manipulación a que someto conceptos tan serios como la reencarnación o el karma, podría molestar a lectores que conozcan a fondo estos temas. No pretendo hacer de divulgador, tan solo de escritor de ficción y de humorista con un peculiar sentido del humor. Mi intención es la de ampliar los límites de la realidad cotidiana, la única existente para muchos, golpeando el plexo solar del lector para transportarlo a universos donde todo lo que alguna vez creímos sólido se difumina y la perspectiva puede llegar a ser verdaderamente terrorífica. 
El narrador de la serie, un cínico verdugo del karma, de vuelta de casi todo, se puede decir que no respeta nada, ni siquiera a los dioses del karma que a veces se ven obligados a castigar su comportamiento, muy poco generoso y humano con sus semejantes. Recuerdo al lector que se trata de un personaje de ficción y que no tiene por qué reflejar las opiniones e ideas del autor. De hecho se sentiría muy molesto si alguien llegara a negar su propia autonomía y personalidad.
He comenzado a grabar en audio sus andanzas, lo mismo que he estado haciendo con otros de mis textos. Cuando tenga listo el archivo pondré aquí un enlace, si aprendo a hacerlo. En alguno de los talleres literarios que coordiné, sugerí a los participantes que grabaran sus textos y los escucharan. Es una excelente forma de corregir textos y hacerse consciente de dónde y por qué fallan o de los aciertos alcanzados. Espero que les guste y no se sientan demasiado molestos o aterrorizados por las historias.




EL VERDUGO DEL KARMA

Los verdugos del karma pertenecemos al escalafón más bajo de los funcionarios, que ejercen su burocrática labor en la gigantesca biblioteca, a la que algunos llaman Archivos akásicos. Situada en el plano inmediatamente superior al material o físico, donde todo es energía, fue creada por los dioses que habitan el tercer plano de existencia, por encima de la materia y de la pura energía. La eternidad de sus vidas y el casi infinito poder que alcanzaron dominando las energías primigenias del universo, les han hecho acreedores a este nombre, aunque en realidad no dejan de ser un grupito más de las infinitas criaturas que habitan los multiuniversos, visibles e invisibles. Ellos dominan todo lo existente por debajo de su nivel evolutivo. 





Los archivos akásicos están fuera del tiempo y del espacio. Por lo tanto no puede decirse que fueran creados en un momento determinado de la línea temporal. Los dioses decidieron que nada de lo que alguna vez existió se perdiera para siempre. Manipulando las corrientes energéticas, que fluyen de forma constante en el infinito océano cósmico, alzaron este edificio con el fin de archivar, en plaquitas de pura energía, la existencia temporal de cada una de las criaturas que habitan o habitaron el universo físico.

Recabaron la ayuda de los seres que residimos en el segundo plano para formar el cuerpo de funcionarios divinos. Muchos aceptamos, hastiados de una vida sin norte. Nos examinaron de nuestros conocimientos y experiencias, adjudicándonos el más bajo y despreciable de los escalafones funcionariales. Ahora soy verdugo del karma y no me quejo, porque mi vida está muy lejos de ser aburrida. Para las criaturas físicas seríamos una especie de dioses si pudieran vernos o supieran de nuestra existencia. Es una de las paradojas de la vida. El que un mísero burócrata como yo pueda ser considerado un dios por criaturas inferiores, no deja de ser algo tan normal y lógico como el que una hormiga, pongamos por caso, vea a las criaturas humanas como Titanes casi omnipotentes.

* * *

La función de un verdugo del karma resulta de todo punto imprescindible, puesto que no siempre los muertos reconocen los evidentes errores que han cometido a lo largo de su vida. Los multiuniversos no podrían seguir su camino en el tiempo y en el espacio si sus criaturas se negaran a aceptar la reparación correspondiente por las culpas que han hecho sufrir a los seres conscientes de su entorno. 

Nuestra tarea resulta bastante simple. Algunos de mis compañeros incluso murmuran acerca de la vagancia congénita de estos dioses que apenas se ocupan de nada, delegando los trabajos más sucios en criaturas inferiores. No sabemos en qué actividades centran su consciencia estos dioses, ya que rara vez podemos hablar con ellos. Cuando se acercan a nosotros es siempre para impartir órdenes. Así se ha establecido: que exista una jerarquía en el Cosmos y los seres más evolucionados estén por encima de los que aún no han alcanzado ese nivel.

Toda criatura inteligente o consciente sueña, lo que no sabe es que muchas veces acude a esta biblioteca para conocer su futuro o repasar su pasado. Se trata del sueño profundo que rara vez recuerdan. Los archiveros les reciben y les ayudan a encontrar la secuencia de su pasado o de su futuro que desean visionar. No es una tarea tan desagradable como la nuestra. Los verdugos del karma estamos obligados a recibir a los que mueren, a calmar su angustia y a obligarlos a que repasen su vida y decidan de acuerdo a ella lo que quieren hacer con su futuro: reencarnarse y pagar su karma o quedarse en este plano si la hucha de su karma está a cero.

La mayoría se niegan a pasar por esta tortura y patalean y berrean como tiernos infantes contradichos por los adultos en sus deseos sin sentido. Muchos quieren vengarse sin pérdida de tiempo del daño que les han infligido sus semejantes. Otros se niegan a reencarnar, alegando que por mucho karma que tengan pendiente ellos ya han sufrido demasiado. Es entonces cuando entramos en acción los verdugos del karma. Les colocamos una argolla energética en los cuellos de sus cuerpos astrales y les obligamos a que nos acompañen a los sótanos de tortura.

Allí los archiveros nos han dejado el vídeo correspondiente a la vida del fallecido y nuestra labor es enchufar a su cerebro astral el cable de energía que les conectará a su pasado. Cada escena de su vida, en forma cronológica, comienza a ser revivida en su consciencia. Su rebeldía a esta tortura con frecuencia resulta aterradora. Nosotros les ayudamos a pasar el trago con buenas palabras y a veces nos vemos precisados a llamar a los doctores para que les calmen y puedan seguir siendo torturados. 

Los casos más desesperantes son los de quienes creen haber sufrido dolores y angustias sin cuento debido al comportamiento de los otros. Su desmesurado deseo de venganza les impide repasar su vida buscando errores propios -los ajenos se los conocen al dedillo- y mucho menos que les enchufemos el vídeo de sus enemigos para que puedan captar en profundidad los sentimientos más íntimos que les llevaron a un comportamiento poco generoso con sus semejantes. 

Es aquí cuando el verdugo del karma se gana su pequeño sueldo mensual (consistente en visiones elevadas y éxtasis místicos de corta duración). Es preciso emplear toda la fuerza para que estos vengativos recalcitrantes se dejen enchufar al vídeo de sus enemigos. Y aún entonces, en algunos casos, se ven ratificados en sus poco caritativas suposiciones, puesto que resulta, del contacto con sus pensamientos y sentimientos más íntimos, que actuaron con absoluta malevolencia consciente. Los fallecidos afectados por semejante desvergüenza de sus semejantes sufren severos síncopes debido la rabia que se apodera de todo su ser y nos vemos precisados a llamar a los doctores kármicos que deben tranquilizarles con un severo tratamiento hipnótico, haciéndoles creer que su vida pasada fue sólo una pesadilla de niños malos.

Queda mucho por ver y conocer en esta formidable biblioteca cósmica, pero el deber me llama, queridos amigos. Hoy me toca guardia y se acaba de encender el pequeño pilotito rojo que llevo colgado al cuello. Eso significa que acaba de traspasar el umbral un caso desesperado y debo hacerme cargo de él sin dilación alguna. Ustedes pueden seguir soñando, piensen por un momento en algo agradable y el sueño se modificará al instante. Mañana, nada más dormirse, recuerden que tenemos una cita, ustedes y yo, para conocer el resto de este formidable edificio donde se albergan los archivos akásicos...No, no tengan miedo, aquí no se gastan bromas. Somos muy serios y respetuosos. Chao, arrivederchi, good bay, a tout a l´heure, hasta pronto, nos vemos...

Si no fuera por quienes nos visitan en sueños la soledad de los verdugos del karma sería irrespirable. Como ustedes saben muy bien la soledad es lo que peor se lleva, tanto en el más acá o en el más allá, según se mire con su perspectiva o con la mía. De pronto me he dejado llevar por la risa tonta. Me estoy carcajeando como un bendito.

"Aquí somos todos muy serios". Jaja. Ya verán esos pardillos lo que es bueno. Pero voy a tener que andarme con cuidadito porque como me pille un dios del karma las voy a pasar canutas. Esos sí que son serios. Ya lo creo.